La Sonoterapia o terapia de Sonido, es una técnica energética no invasiva, es decir que carece de dolor por lo que no tiene contraindicaciones ni efectos secundarios. Durante la terapia se emiten frecuencias y vibraciones que actúan sobre las diferentes células y glándulas de la persona, pasando por la glándula del Timo del sistema inmunológico y potenciando el despertar de la glándula Pineal.
La Sonoterapia , no solo ayuda en la mejora física, mental y emocional, también se vincula con el crecimiento personal y el trabajo espiritual.
Dentro de la Sonoterapia hay diferentes técnicas o instrumentos para lograr los resultados descritos, yo personalmente elegí los Cuencos Tibetanos por las altas vibraciones y la facilidad con la que nuestra mente entra en un estado de relajación profunda al hacerlos sonar.
Los cuencos tibetanos son recipientes de metal cuya función es la de emular los sonidos de la naturaleza. Los cuencos son encontrados regularmente en los Himalayas y en varios países vecinos como China, Tailandia y Japón. Los cuencos tibetanos están formados por la aleación de siete metales: oro, plata, mercurio, estaño, plomo, hierro y cobre, y se forjan de manera artesanal.
Los cuencos tibetanos están basados en el Principio de resonancia, la cual dice que una vibración con mayor intensidad y armonía logra contagiar a otra más difusa y poco saludable. Nos habla de la capacidad que tiene toda vibración de lograr un mayor alcance y que si en su camino pasa por las vibraciones del cuerpo este logra provocar una vibración similar en cada parte del organismo, que se encuentre en su rango específico. En pocas palabras el poder que tiene una frecuencia para modificar a otra frecuencia.
La terapia consiste en que la persona se tumba en una camilla con los ojos cerrados, se golpea y frota con una baqueta de madera los Cuencos Tibetanos, que cuando se manejan con suma maestría llegan a producir unos sonidos que guardan una relación armónica entre sí.
Mitchell Gaynor, MD es un oncólogo de Nueva York que ha escrito un libro llamado “El poder sanador del sonido”, solo aceptan pacientes que estén dispuestos a participar en sus terapias de sonido, lo cual incluye a los Cuencos. Nos menciona como los pacientes que utilizan el tratamiento convencional para el cáncer, en combinación con terapias de sonidos que consta de canto, musicoterapia. Su libro es altamente recomendado para personas que quieran mejorar del cáncer, en el relaciona las diversas maneras en que los sonidos cambian la fisiología, reduce la ansiedad, ritmo cardíaco y respiratorio, reduce las complicaciones cardíacas, baja la presión arterial, el aumento de las células inmunes y reducción el estrés.